Esto que te voy a contar, me pasó cuando tenía 16 años.
En mi pueblo no había instituto y teníamos que ir al pueblo de al lado a estudiar.
Entonces no teníamos móviles como ahora, así que si nos pasaba algo urgente teníamos que llamar a nuestros padres desde un teléfono público.
Lo normal es que no ocurriera nada, pero aquel día…
Yo no podría ni haber imaginado que aquel día iba a ser tan definitivo para mi vida, tanto personal como profesional.
La cuestión es que la tutora de mi clase nos dijo que en el recreo teníamos que ir todos a secretaría.
Éramos 42 en clase, imaginate el berenjenal que formamos.
La secretaria nos dijo que hiciéramos fila de a uno.
Según me iba tocando mi turno oía a la secretaria decir:
—Nombre y apellidos.-
—Ciencias o letras.–
De esas dos frases solo conocía la respuesta a la primera y en ese momento hasta empecé a dudar de si la sabía o no mi nombre y apellidos, en ese momento estaba atacada de los nervios.
Cuanto más avanzaba en la fila, mis niveles de estrés subían más y más.
Parecía una olla exprés.
El caso es que en mi cabeza los pensamientos iban más rápido que los formula 1, oye, volaban a la velocidad de la luz.
Dentro de mi cabeza yo suplicaba, ¡por favor que alguien me ayude a decidir, yo sola no puedo!
Pero en ese momento, no tenía a nadie en quien confiar a mi lado en ese momento.
¡Horror! ¡Qué ya me toca, soy la siguiente!
¡Tierra tragame!
En el último momento, me acordé de como me llamaba, jajajaja.
¡Uf! ¡Que librada! Esa pregunta la contesté bien.
Vamos a por la segunda pregunta ¿Ciencias o Letras?
Oye, pues le tuve que decir la verdad, que no sabía qué elegir, con los ojos lagrimeando.
A lo que ella me preguntó a ver qué me gustaban más, si las matemáticas o el lenguaje.
Y por un rato me quedé flipando, ¿cómo? ¿así de simple?
¿Me estás diciendo que me he estado comiendo el tarro durante media hora, sufriendo por que no sé que contestar, para nada?
¡No me lo puedo creer!
Jajajajaja.
Luego supe que era una pregunta trampa…
Porque aunque escojas ciencias, vas a tener que seguir estudiando lenguaje. Mierda. A mí no me gustaba el lenguaje para nada.
Por cierto elegí ciencias.
La verdad era que no tenía nada claro a qué quería dedicarme “de mayor”. No tenía ninguna motivación para seguir estudiando.
Ahora sé que de ahí vino mi fracaso escolar.
Porque la cosa es que durante los dos años siguientes fui de culo y cuesta abajo.
Y como no hubo manera de enderezar la situación, opté por huir de la vergüenza de haber fracasado, y de no cumplir las expectativas que mis padres tenían conmigo.
Un día dije que no quería estudiar más, dejé los estudios, y me fui a trabajar de interna a una casa.
Así, literal.
Hoy en día todavía me pregunto:
¿Porqué tienes que decidir a los 15 en lo que vas a trabajar durante 40 años de tu vida?
Porque tu vida en la adolescencia, se limita a salir con los amigos, sobrevivir al instituto y poco más.
Muy poca gente tiene claro a lo que se va a dedicar de adulto
Durante muchos años pensé que era culpa mía, que no valía para nada, porque no sabía qué quería ser en la vida.
Por suerte, después de algunos mamporros de la vida, y varios trabajos que no me llenaban, he descubierto mi vocación.
¿Qué cuál es?
Pues acompaño y guio a la gente a que atraviese los problemas qué tanto les cuesta solucionar hoy por hoy.
Así que, si tú sientes que lo que estás viviendo en tu vida no es lo que realmente quieres y quieres hacer algo al respecto, ponte en contacto conmigo por aquí, te propongo una primera sesión gratuita y te cuento como se hace.