¿Pero, yo soy adivina o que?

No te ha pasado nunca que te has ido a comprar un regalo a una amiga, a un amigo, a tu novio, tu marido quien sea, y…

¡¡Quieres que sea el regalo perfecto!!

Para no fallar le has dado un montón de vueltas a la cabeza, has pensado mil veces, a ver que le regalo, que le gustará, que no sé qué, que no sé cuántos.

Y para cuando te das cuenta:

¡Te ha entrado un estrés de padre y señor mío por un regalo! 

Por fin llega el día señalado.

Y tú vas tan contenta, con ese regalo tan especial que has encontrado, qué te ha salido del corazón, que has estado tanto tiempo buscando por todos lados, con todo tu amor y con todo tu cariño para que le guste.

Se lo das con una gran sonrisa en tu cara y cuando esa persona lo abre y lo observa, le miras a su cara…

Y ahí está, si, esa cara de póquer.

O peor…

La cara de: 

¡Pero qué mierda es esto, que me has regalado, parece mentira que no me conozcas!

Y en tu cabeza empieza el reproche:

¡Qué desastre! Has fallado otra vez, pareces tonta.

Y espérate, si a los días no te coge por banda y te lo echa en cara:

Vaya mierda de regalo, si yo te había dado muchas pistas de lo que quería.

Y tu cabeza se vuelve loca ¿pistas?, ¿qué pistas?. 

Tú que te crees que yo soy adivina, ¿o qué?

Pues esto me pasaba antes constantemente.

Y gracias a la Terapia de Vida Integral, todo cambió.

Porque aprendí a manejar este tipo de situaciones de una manera mucho mejor.

¡Y vas a comparar jo!

Vaya diferencia oye, 

Como de la noche al día.

Así que si quieres aprender a manejar este tipo de situaciones (y muchas más), para no sufrir estrés, ansiedad, vergüenza, humillación, temor…

Te propongo una sesión gratuita conmigo de Terapia de Vida Integral.

Si te interesa, ponte en contacto conmigo por aquí para enseñarte a conseguirlo.

Comparte este artículo:

Te envío la historia de la vez en la que casi me quedo calva una semana antes de mi boda:

Deja un comentario