¡Me va a dar algo, otra vez la he liado!

Domingo por la mañana.

Había terminado de escribir un mensaje para redes. (Sociales, no las de pescar.)

Lo envío…

No han pasado ni 30 segundos cuando recibo este mensaje de una compañera de trabajo:

– Buenos días, no sé si te has dado cuenta, pero me has mandado 2 veces el mensaje.

Empiezo a escribir un mensaje para disculparme y me llama una amiga por teléfono.

-Hola Nekane, me he puesto a desayunar, iba a leer tu mensaje y cuando se ha abierto el enlace me pide una contraseña.

-¿Una contraseña, que raro?

Abro el WhatsApp y clico en el enlace.

Efectivamente, me había equivocado de enlace, ja, ja, ja.

¿Que hubiera hecho antes?

Entrar en pánico, fijo.

Hubiera empezado a desvalorizarme diciéndome que tonta eres, pedazo de torpe, siempre la lias…

De todo menos bonita.

Y sintiéndome mal por no hacer nada para solucionarlo.

¿Como lo gestioné en ese momento?

Respiré hondo y pensé.

¿Cómo lo puedo arreglar?

Escribí un mensaje disculpándome y asegurándome de enviar, esta vez si, el enlace correcto.

Por cierto…

Este es el enlace bueno:https://nekanemanjon.com/me-habia-olvidado-de-que-yo-tambien-suspendi-en-el-insti/

Resultado: No cayó el sol sobre la tierra y yo estoy tranquila y feliz.

Misión conseguida.

Si quieres dejar de castigarte por no hacerlo bien a la primera.

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Te envío la historia de la vez en la que casi me quedo calva una semana antes de mi boda:

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