15 compañeros, se dice fácil, por mi trabajo anterior pasaron 15 compañeros.
Yo era la única que se quedaba en el puesto, los demás por una causa o por otra lo dejaban, pero yo me quedaba.
¿Por qué narices aguantaba yo?
Porque me había acostumbrado.
Me había convencido a mi misma que no iba a conseguir ningún otro trabajo, ya que no tenía titulación válida de nada.
Que el horario y el calendario eran buenos, y me llevaba bien con la gente.
Pero era un trabajo muy duro, y por cierto, no era lo mío.
Aunque esto último lo aprendí por las malas.
Estaba estudiando para ser Terapeuta de Vida Integral mientras estaba trabajando. Y cuando ya me tocaba dar el salto me acojoné.
Llevaba en ese trabajo un porrón de años en ese trabajo, y nunca se me había ocurrido la posibilidad de dejarlo porque era un trabajo fijo.
Entonces vino Paco con la rebaja y me dio “algo” en la espalda que me dejó inmovilizada.
He tenido que acudir a muchos sitios buscando una solución para mis dolores, y al profesionalizarme como Terapeuta es cuando han disminuido esos dolores hasta casi desaparecer como por arte de Magia. Ta-Chan.
Con la ayuda de mi terapeuta vi cuál era el problema, mi programación de que un trabajo fijo no se deja ni muerta.
Pero llega un momento en la vida en que si no cambias lo que no te gusta, la vida te cambia a ti y pagas un peaje, como el de la luz.
Si te interesa comprobar la eficacia de la Terapia de Vida Integral en ti para lograr lo que realmente quieres en tu vida, por muy difícil o imposible que te parezca,
Contacta conmigo por aquí y te cuento cómo funciona.