A mí ahora, cuando alguien me dice que quedamos para tomar un café, lo primero que me viene a la mente es pensar, me lo está diciendo de verdad o es decir por decir y acto seguido salgo de dudas, preguntándole:
- ¡Ah, pues si! ¿Qué día te viene bien y a qué hora?-, y saco mi móvil para mirar mi agenda.
Y no, no la tengo más llena que un ministro, pero desde que soy Terapeuta de Vida integral lo apunto todo para que el caos no afecte a mi vida y llegar con tiempo a todo.
No se trata tampoco de ser super estricta, pero a mí antes, se me olvidaban las citas o llegaba tarde muchas veces, hasta que aprendí a gestionar mi tiempo.
El caso es que si esa persona con la que voy a quedar me empieza a dar largas, ya sé que me lo ha dicho por decir y sé lo que va a pasar.
Porque ahora sé que me lo ha dicho por quedar bien y no vamos a quedar para hacer nada.
Pero si me dice que quedamos tal día a tal hora ya se que lo de quedar va en serio y lo apunto en la agenda.
Otra cosa es que por hache o por b, llegado el día surja algo y tengamos que retrasar la cita. Eso ya es harina de otro costal.
El caso es que antes esto me hacía sufrir, por que me costaba mucho llamar a la gente por si acaso estaban ocupadas, y al final no llamaba y la otra persona tampoco llamaba.
Y al final me enfadaba conmigo misma por no llamar y con la otra persona por no llamarme para quedar.
Cuando hice el Master profesional en Terapia de Vida Integral, una de las mejores cosas que me enseñaron, fue a gestionar mi tiempo, a integrar lo que tenía que hacer en mi vida y ver que tenía tiempo para mí.
Si tú también quieres dejar de enfadarte porque no tienes tiempo ni para tomar un café,
ponte en contacto conmigo por aquí, te apunto en la lista de espera para poder acceder a la primera sesión gratuita, en cuanto tenga plazas disponibles.