¿Por qué si soy siempre positivo, me pasa todo lo malo?
Casi siempre nos dicen que hay que ser positivos, pero decir siempre que estás bien, cuando por dentro estás hecho trizas, no es bueno para ti. Porque no es verdad.
Casi siempre nos dicen que hay que ser positivos, pero decir siempre que estás bien, cuando por dentro estás hecho trizas, no es bueno para ti. Porque no es verdad.
No estoy hablando de hacer grandes hazañas en plan Juana de Arco, sino de algo tan sencillo como refrescarse cuando hace calor, como por ejemplo mojarse la cabeza en una fuente.
Desde pequeños nos han ido poniendo etiquetas que nos hemos creído a pies juntillas.
Que si soy torpe, gafe, tonto…
Ya es hora de que hagamos las cosas que queremos hace sin depender de la opinión de los demás
Esta semana, aprovechando las altas temperaturas, he ido a la playa a darme un chapuzón. Suelo ir a una playa grande, así que no es necesario pelearse por poner la sombrilla. Y las toallas están relativamente lejos una de otras. El caso es que estaba allí tan tranquila, disfrutando del sol, cuando de repente oí … leer más
Desde siempre me han impresionado los aviones, me fascinaba ver como esas moles podían surcar los cielos volando como los pájaros, otra cosa diferente era subir en uno. Je, je, je
Qué fuerte, hay noticias hoy en día que merecen que no las leamos, como esta que os cuento que para mí es de lo peor que te pueden decir.
No sé como quitarme este nerviosismo de encima.
A mí eso me pasaba constantemente y cuando hacía algún taller o curso para aprender a relajarme, me sentía frustrada porque parecía que nada me funcionaba.
¿Porqué nos cuesta tanto decir que nos hemos equivocado?
Al que le guste equivocarse que levante la mano.
Y ¿qué pasa si encima te dicen de malas maneras que te has equivocado?
Con lo fácil que sería decir…
Mi padre solía decirme que antes se le pillaba a un mentiroso que a un cojo. Hoy en día sé que todos mentimos alguna vez en nuestra vida. Lo terrible es que te mientas a ti mismo/a y te creas tus mentiras.
Esta pregunta es muy socorrida, muy habitual en nuestras vidas.
Y es que cuando se nos fastidian los planes nos enfadamos. Y está en nosotros el cambiar ese enfado o no.